No obstante, dentro del cerebro hay sectores que se encargan de regular nuestras emociones a través de diversas y complejas conexiones de ida y vuelta. Por ejemplo, cuando miramos a una persona a los ojos, cuando sonreímos o cuando nos sonríen experimentamos una sensación de tranquilidad, mientras que cuando vemos a alguien llorar o pasar calamidades, inconscientemente tenemos la sensación de ayudarle. Eso se debe a que la experimentación de una emoción conlleva un conjunto de cambio en el estado corporal.
Científicos han llevado a cabo experimentos en los que intentan demostrar que el amor es pura química, solo necesitamos una quinta parte de un segundo para encontrar a alguien atractivo, por tanto los flechazos también existen. En un experimento en el año 2015, unos desconocidos fueron reunidos por primera vez para responder a unas preguntas de compatibilidad, de manera que en 1 hora se conocieran e intercambiaran pensamientos. El experimento fue un éxito y las parejas prácticamente quedaron hechas. Merece la pena verlo!
Como puso de relieve la profesora Fisher, en el amor intervienen tres fases, la primera se encuentra en el impulso sexual, la segunda es el cortejo que se reduce a minutos, horas o semanas y está dominado por la dopamina, un neurotransmisor que influye en el estado de ánimo. Después de ese tiempo, surge otro tipo de unión, el cariño, sentimiento de amor o afecto hacia una persona, por el que se desea su compañía y su bien.
MC Moncada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario