¡Hablemos de comida!
En la actualidad nos encontramos antes tantos tipos de dietas
como de estilos de vida. Toda una pléyade de opciones se nos presentan a la
hora de alimentarnos, pero no solo de alimentación trata el asunto, es más que una
simple “dieta” pues sus principios se extrapolan a todas las actividades de la vida diaria,
desde la vestimenta hasta el tiempo de ocio.
Nos encontramos con
vegetarianos, veganos, crudiveganos, frugívoros… y así hasta el
infinito. El “tradicional” vegetarianismo desembocó en la creación de lo que
ahora conocemos como veganismo, sus creadores fueron Elsie Shrigley y Donald
Watson, dos vegetarianos estrictos que no comprendían a aquellos vegetarianos
que tomaban leche (lactovegetarianos), huevo (ovovegetarianos), o si
consumidores de ambos productos (ovolactovegeterianos); así los veganos serán
aquellos que ni se alimentan de nada animal ni usan productos provenientes o
testados en ellos. Su idea principal se basa, pues, en el respeto por los
animales.
Pero algunos veganos han dado un paso más en su
convicción y todo producto que consumen
deben hacerlo en crudo, sin cocinar. Éstos, conocidos como crudiveganos, creen
que este tipo de dieta es para la que está diseñada el cuerpo humano. Otros,
también muy estrictos, son los frugívoros cuyo principio fundamental es la alimentación
a base de frutas, basan su filosofía en las ideas de que las frutas contienen
el germen de la vida, y por lo tanto son
altamente saludables; el hombre prehistórico
era recolector y por ello consumidor de frutos (lo de que era cazador… ya lo
obviamos si eso); y por último, al consumir solo frutas, al contrario que el
veganismo, (¡ojo al dato!) no se matan plantas para el consumo humano.
Y últimamente se ha puesto muy muy de moda la famosa “Paleodieta”,
en la actitud generalizada de la búsqueda por lo natural… se basa en comer como
lo hacían nuestros antepasados en el Paleolítico, por lo que no usan determinadas
técnicas modernas de preparación de alimentos, tampoco se consumen alimentos
procesados que no existían en esos momentos.
En definitiva nos encontramos con dietas y/o estilos de vida
que se adaptan a todas las “paranoias” del ser humano donde el tipo de dieta
que lleves se convierte en el “leitmotiv” de toda tu vida. Pero es gracioso eso
de la búsqueda constante de lo natural cuando al final muchos de estos estilos
de vida te obligan a recurrir a la química para suplementar con complementos
alimenticios, vitaminas,… la dieta elegida, pues abstenerse en la ingesta de
ciertos alimentos hace que necesites conseguirlo por vías no tan naturales.
Lara Fernández Morena
Yo ago paleodieta y estoi masao, asik a cayar
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