domingo, 24 de abril de 2016

Esta es mi dieta, si no te gusta tengo otras

¡Hablemos de comida!

En la actualidad nos encontramos antes tantos tipos de dietas como de estilos de vida. Toda una pléyade de opciones se nos presentan a la hora de alimentarnos, pero no solo de alimentación trata el asunto, es más que una simple “dieta” pues sus principios se extrapolan a todas las actividades de la vida diaria, desde la vestimenta hasta el tiempo de ocio.

Nos encontramos con  vegetarianos, veganos, crudiveganos, frugívoros… y así hasta el infinito. El “tradicional” vegetarianismo desembocó en la creación de lo que ahora conocemos como veganismo, sus creadores fueron Elsie Shrigley y Donald Watson, dos vegetarianos estrictos que no comprendían a aquellos vegetarianos que tomaban leche (lactovegetarianos), huevo (ovovegetarianos), o si consumidores de ambos productos (ovolactovegeterianos); así los veganos serán aquellos que ni se alimentan de nada animal ni usan productos provenientes o testados en ellos. Su idea principal se basa, pues, en el respeto por los animales.

Pero algunos veganos han dado un paso más en su convicción  y todo producto que consumen deben hacerlo en crudo, sin cocinar. Éstos, conocidos como crudiveganos, creen que este tipo de dieta es para la que está diseñada el cuerpo humano. Otros, también muy estrictos, son los frugívoros cuyo principio fundamental es la alimentación a base de frutas, basan su filosofía en las ideas de que las frutas contienen el germen de la vida, y por lo tanto son  altamente saludables;  el hombre prehistórico era recolector y por ello consumidor de frutos (lo de que era cazador… ya lo obviamos si eso); y por último, al consumir solo frutas, al contrario que el veganismo, (¡ojo al dato!) no se matan plantas para el consumo humano.

Y últimamente se ha puesto muy muy de moda la famosa “Paleodieta”, en la actitud generalizada de la búsqueda por lo natural… se basa en comer como lo hacían nuestros antepasados en el Paleolítico, por lo que no usan determinadas técnicas modernas de preparación de alimentos, tampoco se consumen alimentos procesados que no existían en esos momentos.


En definitiva nos encontramos con dietas y/o estilos de vida que se adaptan a todas las “paranoias” del ser humano donde el tipo de dieta que lleves se convierte en el “leitmotiv” de toda tu vida. Pero es gracioso eso de la búsqueda constante de lo natural cuando al final muchos de estos estilos de vida te obligan a recurrir a la química para suplementar con complementos alimenticios, vitaminas,… la dieta elegida, pues abstenerse en la ingesta de ciertos alimentos hace que necesites conseguirlo por vías no tan naturales.

Lara Fernández Morena

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